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Harto de estar harto: el mercado laboral, precario y delictivo

Imagen de archivo de una torre eléctrica

Imagen de archivo de una torre eléctrica / ACN

Como bien dice la canción Vagabundear de Joan Manuel Serrat, uno empieza ya a estar un poco harto. Me refiero a que desgraciadamente en esta, nuestra sociedad, uno podría estar muy harto de muchísimas cosas, pero yo voy a referirme en concreto a algunas ofertas de trabajo, en concreto las orientadas principalmente al sector energético, donde en la oferta no te lo explican con claridad pero cuando vas a la entrevista te encuentras con que te están ofreciendo un trabajo que está prohibido por ley, como es la venta de productos energéticos a puerta fría. En dicha ley se redacta textualmente:

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"Artículo 12. Modificación de la Ley 24/2013, de 26 de diciembre, del Sector Eléctrico. Se modifica la Ley 24/2013, de 26 de diciembre, del Sector Eléctrico en los siguientes aspectos: Uno. Se añaden los siguientes apartados al artículo 46 con la siguiente redacción: 'r) Las comercializadoras eléctricas no podrán realizar publicidad no solicitada en visitas domiciliarias sobre sus productos, excepto en el caso de que el destinatario haya solicitado por iniciativa propia recibir información sobre el servicio por dicho medio. La entidad anunciante será considerada la responsable del cumplimiento del presente apartado; s) Las comercializadoras eléctricas no podrán realizar prácticas de contratación en los domicilios de los clientes de forma directa, salvo que exista una petición expresa por parte del cliente y a propia iniciativa para establecer la cita.'"

Algunas te lo quieren camuflar con que tienen un departamento de telemárketing y se hará una llamada previa a antiguos clientes, cosa que también recoge la ley como una práctica comercial ilegal, y las más astutas te ofrecen un contrato a través de una ETT. Eso sí, si un día en una visita comercial algún ciudadano llama a la Guardia Urbana, el que 'pringará' será el pobre que por desgracia ha cogido ese empleo porque lo necesitaba; las grandes compañías y sus comercializadoras ya se ocuparán de taparse bien. Así está nuestro mercado laboral, entre precario y delictivo.

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