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"Lo han conseguido: 'els carrers seran sempre vostres'"

Un manifestante lanza un objeto del mobiliario urbano contra un furgón de los Mossos d’Esquadra, este viernes en Barcelona.

Un manifestante lanza un objeto del mobiliario urbano contra un furgón de los Mossos d’Esquadra, este viernes en Barcelona. / Ferran Nadeu

El 19 de febrero me disponía a disfrutar de un regalo de cumpleaños: asistir al concierto del guitarrista Vicente Amigo en el Palau de la Música Catalana de Barcelona. La celebración quedó frustrada debido a que, por una manifestación convocada por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél, se preveían altercados violentos en la Via Laietana, tales como quema de contenedores de basura y destrozo de mobiliario urbano y de negocios a pie de calle. Acudí hasta el Palau y allí se me comunicó que el espectáculo se realizaría, pero que no podían decirme si la manifestación, presumiblemente violenta, me permitiría retornar a mi casa con seguridad. Con gran miedo por mi integridad física e impotencia, me marché para mi casa sin poder disfrutar del arte de Vicente Amigo.

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En estos días se está hablando mucho de la falta de libertad de expresión en Catalunya. En este país todo ciudadano puede expresar libremente sus ideas. Lo que no se puede permitir es proferir amenazas de agresión física a personas, como las realizadas por el señor Hasél, por las que ha sido condenado y, por su reiteración, han conllevado su ingreso en prisión. Los manifestantes violentos han coartado mi libertad de movilidad antes de que se cumpla el toque de queda, que todos debemos cumplir como medida de seguridad para la salud en este periodo de pandemia.

Mis padres me trajeron a Catalunya desde Burgos a las edad de dos años buscando una mejora en las condiciones de vida y con la intención de proporcionar una educación a sus hijos. En este país existía el 'seny', y me he encontrado con que algunos habitantes manifiestan la 'rauxa' y la 'disbauxa'. No creo que con violencia callejera se pueda obtener una solución al problema existente en Catalunya. La confrontación está presente en la ciudadanía. Señores políticos, no permitan violencias que menoscaben la libertad de movimientos de los ciudadanos.

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