"La guerra de las redes sociales, la más silenciosa de la historia"

¿A qué punto hemos llegado, que la muerte ha perdido su peso y las amenazas se hacen a la ligera? Una mujer que intenta enseñar en las escuelas lo que es el maltrato y que a veces el maltrato psicológico duele más que el físico, recibe amenazas de muerte y acoso todos los días durante meses. Otra mujer, que intenta dar un mensaje de energía positiva y buen rollo a través de sus vídeos y canciones, después de hacer un comentario desafortunado reclamando sus derechos de autoría en esas frases, recibe amenazas de muerte durante días y no solo hacia ella, sino también hacia su hijo. Llegamos al punto en el que es normal amenazar de muerte a una persona solo porque es una figura pública... en que el acoso, el 'bullying', nos parece normal cuando es a través de una pantalla.

Parece que si es a una persona con seguidores no importa insultarla, amenazarla, acosarla, hacerla viral a través de soltar odio y de nuestras propias frustraciones. ¿Las personas que hacen y dicen las cosas mal merecen ser vapuleadas en redes sociales? ¿No merecen recibir una educación? ¿No se les puede decir que lo que hacen está mal sin insultar ni amenazar? ¿Cómo van las cárceles a tener un peso reeducativo y no punitivo si en las redes sociales primero se insulta y después se pregunta? ¿En qué cabeza cabe pensar que amenazar a un ser humano es algo normal?

Solo puedo pensar en cómo la gente imagina que vamos a acabar con el 'bullying' o con los crímenes en general si después los cometemos a través de una pantalla y no nos parece tan mal. ¿Qué pasaría si todas esas amenazas de muerte se terminaran por cumplir? ¿Por qué parece menos real escribir una amenaza a través de un móvil?

Cuánta falta de humanidad hay para que, en lugar de usar los medios que nos conectan a conocidos y desconocidos, que nos conecta con personas de todo el mundo, no los estemos usando para luchar por lo que es justo. Para que todo el poder que tenemos a través de una pequeña pantalla lo estemos utilizando para insultarnos.