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Gracias a todos los comunicadores que nos han informado día tras día

Micrófonos de varias cadenas de televisión.

Micrófonos de varias cadenas de televisión.

Personal sanitario. Limpiadoras. Trabajadores de supermercados. Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Bomberos. Eslabones de la cadena de distribución. Gestores y personal informático de la Administración Pública. Todos necesarios. Todos en primera línea de batalla, destinatarios de aplausos diarios. Esenciales en un momento en el que reconocer tu propia imprescindibilidad implica vivir con miedo, expuesto a un virus del que la única forma de protegerse es distanciarse de todo y todos.

Entretodos

Pero hay unos grandes olvidados, huérfanos de aplausos, exentos de vítores, bastante poco valorados, en esta cuarentena que ha colocado en el primer plano del escrutinio público a los profesionales esenciales. Se nos olvidan con demasiada frecuencia, quizá porque su trabajo lo percibimos como algo normal, cotidiano, que siempre ha estado y nunca faltará: la comunicación en todas sus facetas. 

Periodistas, productores, directores, regidores, presentadores, colaboradores, operadores de cámara, maquinistas, auxiliares, realizadores, sonidistas, iluminadores, directores de arte, documentalistas, redactores, guionistas; comunicadores todos, en primera línea de una batalla difícil de afrontar sin una ventana al mundo exterior, sin información, sin entretenimiento, sin compañía.

Los aplausos acabarán algún día, es natural. De hecho, ya prácticamente se han consumido en el cansancio propio del transcurrir de los días, en el hastío generalizado. Pero, si siguen haciendo aparición vecinal a las 20.00 horas, aprovechen algún día para dirigir su gratitud hacia esos profesionales que no les han abandonado. Que les han transmitido la última hora, les han informado, les han evadido de la terrible realidad. Que les han dibujado una ventana para asomarse al mundo exterior desde el hermetismo de sus hogares. Que les han hecho reír y olvidarse, por un momento, de la pesadilla coronada.

Que los han acompañado. Acompañémoslos ahora nosotros a ellos.

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