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Goya hubiera brindado con cava, no con champagne

Ana Belén, Goya de Honor.

Ana Belén, Goya de Honor. / DAVID CASTRO

Javier Ruiz Moreno

Por séptimo año consecutivo, el brindis en la gala de los Premios Goya se hace con 'champagne'. Varias razones me llevan a mostrar mi desacuerdo con ese brindis anual tradicional, al no encontrar argumentos a favor.

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Desde una perspectiva económica  -alguien podría pensar que es una cuestión de libre mercado-  los Premios Goya están organizados por la Academia de las Artes y de las Ciencias Cinematográficas de España (AACCE), están parcialmente subvencionados por ésta; y la sede de la AACCE pertenece al Estado.

El brindis con 'champagne' es una ofensa al Consejo Regulador del Cava (CRC), organismo español dependiente del Ministerio de agricultura y que comprenden 234 cavas en 7 CCAA, la gran mayoría de ella en Catalunya y todas con unos criterios de calidad garantizados por el CRC.

Más allá del 'esnobismo' del "me gusta más el 'champagne'", el cava es un producto de excelencia, con una orientación por la calidad indiscutible, que lo acredita el CRC y también las muchas catas ciegas realizadas al unísono con 'champagne' y con  cava.

El ministro Ínigo Méndez Vigo habla de la marca España en la gala de los Premio Goya brindando con 'champagne'. Inimaginable que su homólogo en Francia brindara con cava en el festival de Cannes.

Y una última razón para brindar con cava en la gala del cine: Francisco de Goya, pintor de tres tatarabuelos del actual Jefe del Estado (Carlos III, Carlos IV y Felipe VII), hubiera brindado con cava.

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