Carta de una lectora: "¿Qué nos pasa con los móviles?"

El pasado fin de semana estuve en Barcelona. Tuve la suerte de ser una de las doscientas mil personas que asistimos al concierto de Coldplay. Lo llamo concierto por llamarlo de alguna manera, puesto que el conjunto de luces, cámaras, vídeos, colores, confeti y fuegos artificiales hicieron de ese evento un auténtico festival. En fin, nada que las redes sociales y otros medios no hayan contado ya.

En medio del festival, y a mitad de uno de sus temas predilectos ('A Sky Full of Stars'), Chris Martin, vocalista y líder de la banda, apeló a todo el público a disfrutar en cuerpo y alma del resto de la canción instando a guardar los móviles para desconectar de todo lo que no fuera estar allí. Y así cumplió su público, disfrutando del resto de la canción y centrados en vivir ese momento único.

Lo que no me esperaba era que de las sesenta mil personas congregadas ese día tendría la mala suerte de tener enfrente a la única que decidió que, por encima de todo y de todos, iba a grabar ese momento para poder subirlo automáticamente a Instagram. Desconozco si realmente fue solo una la persona la que no fue capaz de bloquear el móvil durante tan solo los tres minutos que duraría la canción, pero me pregunto cuál era la necesidad de captar ese momento. Reconozcamos, y me incluyo, que los vídeos de conciertos se revisualizan un par de veces más como mucho para luego caer en el olvido. Este es el ciclo natural de estos vídeos, y aún así resulta inevitable seguir sacando el móvil durante los conciertos.

En cualquier caso, pienso que, si el propio cantante te invita a olvidarte del móvil durante escasos minutos, todos deberíamos ser capaces de hacerlo, al menos durante ese rato. La realidad es que no siempre es así, por lo que no puedo evitar plantearme constantemente qué narices nos pasa con los móviles.