Partido Popular: "La gangrena de las estructuras corruptas"

Desconfío del que proclama regenerar una situación degradada, estableciendo total transparencia y yendo hasta el final, caiga quien caiga. Tal grandilocuencia parece pura retórica, porque en el fondo todas las situaciones son complejas e imposibles de simplificar para resolverlas.

La Comunidad de Madrid arrastra la maldición del tamayazo, impidiendo el nombramiento del diputado Simancas. Maniobró entonces Esperanza Aguirre. Desde aquí la gestión política de la CAM ha ido dando tumbos, sin poder liberarse de la furia de los dioses. Aguirre, Cifuentes, González y otros los han ido invocando permanentemente, mientras trabajaban pro domo sua. Para ello construyeron una estructura de corrupción que permitiera sostener el edificio político.

Nadie puede vencer a los dioses, quienes actúan según su voluntad. La estructura se ha extendido a varios puntos nacionales, aunque el poder judicial la ha ido desmontando. La culminación corrió a cargo de Ángel Luis Hurtado en su sentencia 20/2018 de la Audiencia Nacional, analizando pormenorizadamente y con finura cada uno de los casos en 1687 páginas. Detalló hasta el límite delitos y condenas mediante hechos probados. Acabó, incluso, con el presidente del Gobierno de entonces, mediante voto de censura política. Pero el caso continúa, porque ahora el magistrado Manuel García Castellón, de la Audiencia Nacional, ha citado a declarar a Cifuentes y Aguirre, quien califica el contenido de su auto de "falso". Quince años de gobiernos populares (2003- 2018) están siendo investigados por montar "una estructura ilícita permanente" para financiarse.

Da grima seguir con esta trama delictiva, pero es la atmósfera que rodea a los gobernantes madrileños. Semejante huracán tocará a la actual presidenta Díaz Ayuso. Incluso su vicepresidente Aguado está preparado para saltar del barco. ¿Acaso desconocía lo que pasaba? Según Sófocles, "los dioses aman a los prudentes y aborrecen a los malvados". Qué sabio era.