"Europa debe dejar de ser tutelada y abanderar la democracia"
Juan Ignacio Prieto Piedrasblancas (Asturias)
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Funeral de los abogados asesinados en la matanza de Atocha / EFE / SOL VALERO
José Luis Úriz
Franco murió hace 50 años, pero sus ideas y sus seguidores siguen ahí fuera en activo y cada vez con mayor fuerza. Seguramente, si nos trasladáramos a aquel 1975 estarían del lado de nuestros represores, incluso la líder del PP, Díaz Ayuso, de nuestros torturadores. Por eso se niega a reconocer que, precisamente, en el lugar donde tiene la sede de su Gobierno estaba situada la tenebrosa Dirección General de Seguridad, DGS. Incluso llega al límite de negar la posibilidad de colocar una placa que lo recuerde.
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Que en sus calabozos, unos pisos más abajo de su despacho, miles de luchadores antifranquistas fuimos interrogados y torturados cruelmente. Ella y su secuaz Miguel Ángel Rodríguez lo ignoran porque saben de qué bando son; de los que nos arrancaron la libertad y volverían a hacerlo si tuvieran la más mínima posibilidad.
Posteriormente, en enero de 1977, sucedieron otros hechos trágicos. Se iniciaron el domingo 23, cuando un grupo de ultraderecha asesinó al joven antifascista Arturo Ruiz en una manifestación pro amnistía en la trasera de la Gran Vía de Madrid.
Al día siguiente murió la estudiante de Sociología María Luz Nájera por el impacto del bote de humo que recibió en la manifestación en protesta por la muerte de Arturo. Impactados por ambos sucesos, toda la izquierda antifranquista se conmocionó. Posteriormente, los trágicos acontecimientos en Atocha. Asesinados Valdelvira, Sauquillo, Benavides,…seis en total, y heridos graves Lola, Alejandro... Luego, una vorágine de reuniones, asambleas, contactos y, sobre todo, un mensaje claro: hay que mantener la calma, no responder a la provocación.
A pesar de la rabia contenida por nuestros camaradas asesinados apretamos los dientes y tragamos el sapo. Éramos comunistas y por tanto, teníamos una mayor responsabilidad, más aún en los complejos momentos que nos tocaba vivir. No olvidemos.
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Juan Ignacio Prieto Piedrasblancas (Asturias)
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