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La fiscalidad en España: mirada de derecha a izquierda

Momento del recuento de votos en un colegio electoral. 

Momento del recuento de votos en un colegio electoral.  / JOAN SALICRÚ

En este país es muy frecuente que cuando gobierna la izquierda salgan a la palestra el Banco Central Europeo, el FMI, el Banco de España, la CEOE, las agencias de calificación y otras instituciones financieras anunciando alarmismo y ruina económica en cuanto se proponen o adoptan medidas sociales, como el incremento de las pensiones y su blindaje al IPC, la subida del salario mínimo o la ampliación del permiso de paternidad, entre otras.

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Es más que evidente que las instituciones que he citado, en detrimento del interés general de los ciudadanos, tratan de amilanar al poder ejecutivo para que se lo piense antes de aplicar tales medidas, pues tan solo velan por el de las grandes corporaciones y el gran capital.

Si, como denuncian, las medidas en favor de las clases más desfavorecidas aumentan el gasto y el déficit público, existen fórmulas para incrementar la recaudación y equilibrar la balanza fiscal a través de un sistema impositivo más justo y equitativo, poniendo también énfasis en la lucha contra el fraude.

Pero claro, las derechas, el IBEX y los poderes fácticos no quieren ni oír hablar de impuestos para la banca (aun cuando fue rescatada con 60.000 millones de dinero público), ni de incrementar el impuesto de sociedades a las multinacionales, ni de crear un tributo para las gigantes tecnológicas, ni de gravar las rentas más altas.

Es de justicia que al menos se vaya recuperando una parte de las coberturas sociales que fueron defenestradas durante los años de crisis por los gobiernos de la derecha. Pero a quienes defienden las políticas liberales (y ultraliberales) les domina la obsesión de eliminar el impuesto de Sucesiones y Donaciones y el de Patrimonio (cómo han hecho en Andalucía "las tres derechas"), o reducir el IRPF a aquellos que más ingresan.

En cambio, a determinados productos y servicios básicos como los de higiene femenina, pañales, oftalmología, funerarias, agua, luz o gas, se les sigue aplicando un IVA injusto y desproporcionado, los cuales deberían estar gravados con el 4% superreducido.

Por fortuna, el IVA de las salas de cine fue reducido hace unos meses del 21% al 10%, aunque poco consuelo me parece éste al albor de lo que puede estar por llegar en función del resultado de las elecciones generales.

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