"Fiebre eurovisiva del sábado noche"

Este fin de semana se celebra en Turín la final del Festival de la Canción de Eurovisión. España, en un despliegue de medios y una inversión sin precedentes, presenta a su candidata, Chanel, y TVE la da como ganadora desde incluso antes de pasar a la final.

Lo que debiera ser un concurso con premio a la mejor apuesta musical, puesta en escena, interpretación y coreografía se convirtió hace tiempo en una especie de manifestación pública de las simpatías y antipatías de los diferentes países participantes y del estado de las relaciones geopolíticas que entre ellos mantienen.

Pero este año, RTVE, además de intentar llevarse los 12 puntos de cada país, tiene un reto mayor: demostrar que llevaban razón al descartar propuestas como la de Tanxugueiras o Rigoberta Bandini, y por lo que dicen las casas de apuestas, los demás concursantes no se lo van a poner fácil. Países como Suecia, Italia y Reino Unido parten como favoritos y hay quien considera que el país ganador debe ser Ucrania.

Así pues, el crédito y el formato de la selección de los candidatos al festival dependen en gran medida del papel que haga Chanel en esta edición del certamen, pues de no quedar entre las primeras la reputación de la cadena estatal quedará en entredicho. Si a eso le sumas la cantidad de dinero gastado por la cadena para organizar el Benidorm Fest primero y la candidatura de Chanel en Turín después, la necesidad del equipo español de quedar entre los primeros puestos es casi una cuestión de estado.