La violencia en las calles tras la sentencia del 'procés' fue una realidad

En una de las últimas cartas, el señor Xavier Serra nos dice que la violencia es cada vez más del Estado. Señor Serra, un poco de objetividad no le vendría mal. Estoy de acuerdo en que el 1-O hubo violencia policial, y le diré más, ni estuve ni estoy de acuerdo con la prisión provisional que se les impuso a los líderes independentistas que asumieron con entereza su responsabilidad por los sucesos de septiembre del 2017, mientras Puigdemont, al que algunos siguen llamando 'el nostre president' se fugaba a Bruselas.

Le pregunto: ¿La violencia de lo sucedido en Barcelona después de la sentencia del 'procés' es también del Estado?

Nos dice (supongo que vuelve a referirse al Estado español) que están pudriendo a la buena policía catalana. Hombre, si alguien está echando basura sobre la profesionalidad de los Mossos, no es el Estado, son precisamente quienes desde la Generalitat inician investigaciones para depurar a aquellos que no son adictos al régimen soberanista.

Escribe usted lo que llevaba impreso una pancarta en la manifestación de calle Marina, "nuestros hijos no son violentos, son valientes". Seguro que los que iban en esa manifestación no eran violentos, como tampoco lo son los que acuden a las Diadas, pero ¿cómo hemos de llamar a quienes incendiaron contenedores, arrancaron baldosas para lanzarlas contra la policía catalana, destruyeron comercios o bloquearon carreteras? ¿Estos eran hijos valientes o violentos? Objetividad, señor Serra.