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"Estamos hartas de las conductas opresoras y discriminatorias"

Un grupo de estudiantes se quedaron el pasado martes en sujetador ante Luciano Méndez, el profesor que le dijo a una alumna que su escote le distraía para impartir la clase.

Un grupo de estudiantes se quedaron el pasado martes en sujetador ante Luciano Méndez, el profesor que le dijo a una alumna que su escote le distraía para impartir la clase. / XORNAL GALEGO

"Escote pero no muy pronunciado". Esta es una de las frases escritas en el código de vestimenta de una empresa en pleno 2020. Sí, el machismo no solo está en la calle, en el hogar o en el mundo de la noche. El machismo es un problema estructural que está en todos lados y nos persigue constantemente. Es otro 'virus' que se reproduce en los puestos de trabajo y que toma muchas formas: la brecha salarial, el techo de cristal o el pésimo reconocimiento laboral de las mujeres, entre otras muchas.

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Por si esto no era suficiente, imponer normas de vestimenta sexistas en el trabajo es una falta de respeto enorme. Es una (otra más) forma de violencia contra todas nosotras. ¿Hasta cuándo tendremos que seguir soportando este tipo de insultos y conductas opresoras y discriminatorias? Estamos hartas.

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