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Esperando la inauguración del Mercat de Sant Antoni

El mercado de Sant Antoni, en la recta final de las largas obras.

El mercado de Sant Antoni, en la recta final de las largas obras. / FERRAN NADEU

JORDI QUEROL

Para tomar el pulso a las ciudades antiguas es indispensable conocer sus mercados. Nos gusta visitarlos, porque además están ubicados en el centro de los barrios históricos. Su ambiente y su colorido resultan fascinantes; frutas, hortalizas y verduras lucen sus mejores tonalidades. En los alrededores de los más antiguos la gente es variopinta: hay turistas, jubilados, amas de casa... un sinfín de personas de distintas edades, orígenes y oficios que conforman un paisaje singular.

Desayunar en algún bar del mercado de la Boqueria, en Barcelona, además de proporcionarnos energía, también predispone para, después, contemplar con alegría sus estupendos alrededores. Esto mismo pasa en La Vucciria de Palermo o en el mercado del Carmen de Huelva cuando existía. Barcelona ha sabido conservar y rehabilitar sus mercados. Muchos, esperamos ansiosos que, este mes de abril y después de ocho años de obras, se inaugure la rehabilitación del de Sant Antoni, y con él vuelvan otra vez las postales, monedas, cómics, sellos y chapas, expuestas todos los domingos en el conocido Mercat Dominical de Sant Antoni.

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