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En Tarragona nos van a crecer las orejas

Lil Bonzai.

Lil Bonzai. / NEUS MASCAROS

Si el consistorio tarraconense elabora un mapa acústico y además lo consulta, comprobará que nuestras vías sobrepasan los niveles acústicos recomendados por la OMS con los consiguientes y reconocidos efectos físicos y psíquicos. A partir de ahora, habrá un aumento de decibelios al sumarse los sonidos musicales. Es deseable que haya tenido la previsión de dotarse de los medios técnicos de medición que no disponía hace dos años. 

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Lo de música en la calle es un eufemismo, puesto que los arpegios y acordes traspasan la calle invadiendo los domicilios para imponer su dictadura a los sufridos moradores. En las grandes ciudades sí que se ha popularizado esta actividad, pero realizada en los pasillos del metro.

El señor de Gispert dice de una manera un tanto frívola que nadie se había quejado de la música en las calles y tilda de visionario a quien veía en ella un problema de convivencia. Con ello pone de manifiesto que ha estudiado el tema con poca profundidad, menoscabando hasta casi invalidar su línea argumental. De ahí que, si el ejercicio aumenta la musculatura, tanto ruido nos acabará creando mega orejas.

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