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El sector musical, una partitura olvidada en el cajón de las administraciones

Un momento del concierto del cuarteto Sabor Cubano organizado por Jamboree en la plaza Reial, el pasado 17 de agosto. 

Un momento del concierto del cuarteto Sabor Cubano organizado por Jamboree en la plaza Reial, el pasado 17 de agosto.  / SERGI CONESA

El mundo de la cultura, y especialmente la música, siempre han sido partituras olvidadas en los cajones de una imperturbable Administración. Por si esto fuese poco, la industria musical y especialmente la música en directo, está sufriendo ahora un descomunal perjuicio a consecuencia de la situación epidemiológica.  

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Quienes gobiernan no solo parecen no percatarse del calvario que están sufriendo estos profesionales, sino que es como si menospreciasen el impacto que tiene este sector en la economía de nuestro país: miles de empleos directos afectados, además de otros muchos indirectos que genera en otros sectores. ¿Por qué otros negocios (mercados, tiendas, bares y restaurantes) están abiertos, y las salas de conciertos cerradas? ¿Es que las distancias y las mascarillas no sirven como medida de seguridad dentro de estos locales? 

Los músicos están silenciados, entre otras cosas, porque los que dirigen hacen una nefasta interpretación de unas partituras políticas que ni tan siquiera han servido para revelar el gran auge en la creación musical durante el confinamiento. También son incapaces de concebir que la música mitiga la ansiedad e incluso en estos momentos tan difíciles es una herramienta más para luchar contra la pandemia, pues al apoyarnos en ella se consigue en muchos casos mejorar nuestro estado anímico

“El que resiste gana”, decía Camilo José Cela, por eso creo que es una buena noticia que diversas federaciones y asociaciones de músicos y salas de conciertos comiencen a reivindicarse y exijan los mismos derechos que tienen otros empleos, porque “la música es un trabajo”. Sería conveniente que a los responsables del Ministerio de Cultura esta situación de emergencia sanitaria les sirviese para reflexionar acerca de la importancia de la cultura musical en la sociedad. 

No queriendo pecar de resabido, termino con una frase de Maya Angelou, poeta y activista estadounidense: “La música es mi refugio y con ella podía gatear hasta el espacio entre las notas y acurrucarme, dándole la espalda a la soledad”. 

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