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El rey y el modesto análisis de un intento de politólogo

Felipe VI y Juan Carlos I, en la celebración de la Pascua Militar en el Palacio Real en el 2018. 

Felipe VI y Juan Carlos I, en la celebración de la Pascua Militar en el Palacio Real en el 2018.  / EFE / JUANJO MARTÍN

Es tiempo de repeticiones: nuevamente nos encontramos ante el exilio de un monarca español, y nuevamente nos encontramos ante una posible crisis de legitimidad de la institución monárquica. Hace unos años se solucionó con una abdicación del todavía hoy rey emérito; actualmente, con el exilio del mismo. Pero ¿ante qué nos encontramos? ¿Un gesto por amor a la patria o va más allá? ¿Es voluntario o es fruto de la presión de los distintos actores del panorama político?

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Si asumimos que nos encontramos ante un gesto voluntario, debemos de tener en cuenta los siguientes aspectos. Primero que se asume que se ha hecho algo mal, ya que si el procedimiento no está abierto y no hay ningún miedo a ser juzgado por algo que no se ha hecho no sería necesario ningún exilio. Por otro lado, que el amor a la patria consiste en huir de ella para no hacer frente a las críticas o posibles problemas derivados de la justicia de la misma. No es muy convincente, ¿no?

Sin embargo, si asumimos que es un asunto que va más allá de ello y que la presión que han realizado los distintos actores estos meses tienen su efecto, creo que encontramos más lógica. Evidentemente es un movimiento que pretende no perder la legitimidad y apoyo de la institución monárquica, entorpeciendo lo mínimo posible y manchando lo mínimo la imagen del actual monarca.

¿Es lo acertado? ¿Mejoraría la imagen y la aceptación de la monarquía sentar a Juan Carlos I en el banquillo y siendo juzgado igual que el resto de españoles? O, por lo contrario, huyendo sin saber qué intenciones ocultas podrían existir, esperando la lentitud de la justicia hasta el fallecimiento del monarca (debido a su vejez) y realizando actos simbólicos cercanos a la ciudadanía, maquillando la realidad de un hecho como el que vivimos ¿podría mejorar la imagen?

Honestamente, espero que seamos consecuentes y como ciudadanos de nuestra patria sepamos reclamar la justicia y ética que este país se merece en este contexto de crisis sanitaria y social.

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