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El círculo vicioso de nuestra sanidad
Un CAP vacío en L’Hospitalet, en la segunda jornada de huelga de médicos de atención primaria. / JOAN CORTADELLAS
Ricard Gimeno
Estamos en un torbellino encadenado que es la sanidad, las farmacias y las empresas farmacéuticas.
Entretodos
En primer lugar, cuando te encuentras enfermo, te programas una visita a tu CAP más próximo y, cuando llegas al centro con tu hora programada, resulta que siempre te reciben media hora, una hora o una hora y media más tarde. Luego te despachan en tres minutos, ni te miran, y aún menos te tocan, y te recetan lo de siempre: ibuprofeno o paracetamol o algún otro potingue ligerito para curarte en salud (nunca mejor dicho). Todo muy flojo y suave para que luego tengas que visitar a tu doctor o doctora hasta tres, cuatro o cinco veces para llegar al meollo de la cuestión y a la resolución de tu enfermedad tomando algún antibiótico, que es lo que finalmente te cura.
Otro segundo lugar de peregrinaje; las farmacias. Acudes allí cuando te encuentras muy mal y lo único que te dan son los medicamentos genéricos, o el ibuprofeno (ya lo usan para todo), o el dichoso paracetamol. Otra pérdida de tiempo y paciencia, y encima el precio de cualquier medicamento es muy elevado.
Cuando te receta tu médico algo, en la mayoría de casos, y al acudir a tu farmacia, te sueltan eso de "no lo tenemos, hay que pedirlo". Lo cual hace que tu cura aún sea más tardía, porque ya el primer día no te puedes tomar lo recetado. Y es inútil que te hagas un largo recorrido por todas las farmacias más cercanas a tu casa; al final, siempre terminas con que habrá que encargarlo porque no lo tienen.
Y finalmente tenemos la trampa de las farmacéuticas. Normalmente los tratamientos hechos por los médicos implican de 12 a 15 días de tratamiento, con pastillas o cápsulas. Y es entonces cuando las industrias farmacéuticas hacen sus trampas, con cajas de 10 pastillas o cápsulas, lo cual hace que tengas que comprar dos cajas para que luego te sobren, y terminen caducando en cualquier rincón de tu casa. En los tratamientos de un mes, entramos a la trampa de las cajitas con 28 pastillas o cápsulas.
¿Todavía no se han enterado de que los meses son de 30 o 31 días? No, simplemente es su trampa particular; necesitas dos cajas y luego te sobrarán una barbaridad de la segunda caja. Y así llegamos a que en nuestras casas haya tantos medicamentos. Todo esto siempre a precios de ricos, como siempre suele suceder en este país.
Además de farragoso y problemático, resulta muy caro ponerse enfermo en España, y siempre somos los pobres a los que nos toca pagar el pato de todo. No solo nadie moderniza toda esa espiral de la enfermedad sino que cada vez la complican más y nos sale más cara.
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