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El círculo vicioso de nuestra sanidad

Un CAP vacío en L’Hospitalet, en la segunda jornada de huelga de médicos de atención primaria.

Un CAP vacío en L’Hospitalet, en la segunda jornada de huelga de médicos de atención primaria. / JOAN CORTADELLAS

Estamos en un torbellino encadenado que es la sanidad, las farmacias y las empresas farmacéuticas.

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En primer lugar, cuando te encuentras enfermo, te programas una visita a tu CAP más próximo y, cuando llegas al centro con tu hora programada, resulta que siempre te reciben media hora, una hora o una hora y media más tarde. Luego te despachan en tres minutos, ni te miran, y aún menos te tocan, y te recetan lo de siempre: ibuprofeno o paracetamol o algún otro potingue ligerito para curarte en salud (nunca mejor dicho). Todo muy flojo y suave para que luego tengas que visitar a tu doctor o doctora hasta tres, cuatro o cinco veces para llegar al meollo de la cuestión y a la resolución de tu enfermedad tomando algún antibiótico, que es lo que finalmente te cura.

Otro segundo lugar de peregrinaje; las farmacias. Acudes allí cuando te encuentras muy mal y lo único que te dan son los medicamentos genéricos, o el ibuprofeno (ya lo usan para todo), o el dichoso paracetamol. Otra pérdida de tiempo y paciencia, y encima el precio de cualquier medicamento es muy elevado.

Cuando te receta tu médico algo, en la mayoría de casos, y al acudir a tu farmacia, te sueltan eso de "no lo tenemos, hay que pedirlo". Lo cual hace que tu cura aún sea más tardía, porque ya el primer día no te puedes tomar lo recetado. Y es inútil que te hagas un largo recorrido por todas las farmacias más cercanas a tu casa; al final, siempre terminas con que habrá que encargarlo porque no lo tienen.

Y finalmente tenemos la trampa de las farmacéuticas. Normalmente los tratamientos hechos por los médicos implican de 12 a 15 días de tratamiento, con pastillas o cápsulas. Y es entonces cuando las industrias farmacéuticas hacen sus trampas, con cajas de 10 pastillas o cápsulas, lo cual hace que tengas que comprar dos cajas para que luego te sobren, y terminen caducando en cualquier rincón de tu casa. En los tratamientos de un mes, entramos a la trampa de las cajitas con 28 pastillas o cápsulas.

¿Todavía no se han enterado de que los meses son de 30 o 31 días? No, simplemente es su trampa particular; necesitas dos cajas y luego te sobrarán una barbaridad de la segunda caja. Y así llegamos a que en nuestras casas haya tantos medicamentos. Todo esto siempre a precios de ricos, como siempre suele suceder en este país.

Además de farragoso y problemático, resulta muy caro ponerse enfermo en España, y siempre somos los pobres a los que nos toca pagar el pato de todo. No solo nadie moderniza toda esa espiral de la enfermedad sino que cada vez la complican más y nos sale más cara. 

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