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La incoherente doble vara de medir del independentismo

Antonio Franco y Sílvia Cóppulo, durante la entrevista en Catalunya Ràdio.

Antonio Franco y Sílvia Cóppulo, durante la entrevista en Catalunya Ràdio. / NÚRIA DE LA FUENTE

Jaime Rodríguez Soto

Brillante el último artículo de Antonio Franco, 'Y si Vox cortase carreteras', en el que pone sobre la mesa las incoherencias y la doble vara de medir del independentismo.

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Y es que aquí todo el mundo se ha puesto muy estupendo con el auge de Vox en estas últimas elecciones (algún día habrá que analizar el respeto por la democracia de muchos presuntos demócratas siempre que no salga lo que ellos quieren). Yo siempre he mantenido que Vox debe ser ilegalizado pero pienso que a la izquierda Vox le va muy bien para meter miedo. Y, mientras Vox sea un partido legal, la gente tendrá opción de votarlo democráticamente, así que hay que aceptar que más de 3 millones y medio de españoles enfadados hayan votado a tal partido. Tal vez lo que haya que preguntarse es por qué más de 3 millones y medio de españoles, muchos de clase trabajadora, votan a Vox.

Mucho hablar de Vox, ultraderecha, Franco y tal, pero, en Catalunya, los catalanes cada vez estamos padeciendo más el totalitarismo del independentismo más radical. "O independencia o barbarie" dicen. Lo del referéndum para que la gente decida si quiere esa independencia ya se lo saltan.

En cuanto a la pregunta de Antonio Franco, yo se la respondo. Si los cortes en La Jonquera los hubiera organizado Vox con radicales españolistas, yo no tengo duda de que el president Torra habría ordenado a los Mossos cargas indiscriminadas hacia esos manifestantes saltándose toda "proporcionalidad" (esa que el independentismo reclama a los Mossos cuando son ellos los que organizan esas manifestaciones).

Estas cargas nos habrían recordado a las de la época de Felip Puig con el 15-M en plaza Catalunya, aporreando salvajemente a estudiantes que sólo estaban sentados en el suelo sin hacer nada. Una época, esa en la que los recortes salvajes en educación y sanidad venían de la propia Generalitat y no de la "España franquista que nos roba", que ha sido convenientemente olvidada por el independentismo. Ahí es donde se gestó el Procés.

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