"Mi hijo con Síndrome de Down no puede cantar porque molesta a los vecinos"

Es la primera vez que recibo una queja escrita por el comportamiento de mi hijo de 16 años. Nunca pensé que llegaría el momento de tener que dar explicaciones acerca de su comportamiento. Mi hijo nació con Síndrome de Down y Transtornos del Espectro Autista. Asiste a una escuela especial en Barcelona, y recibe terapia psicológica en la Fundación Catalana Síndrome de Down.

La queja es porque a mi hijo le gusta "cantar" -con sonidos guturales, porque no tiene lenguaje - por la tarde, en casa, viendo vídeos en Youtube. En la carta me dice que los vecinos (no indica quiénes) se molestan por los gritos de mi hijo por la noche (cuando a las 21 horas está cenando y preparándose para ir a la cama). En la carta solicitan que pida ayuda para resolverlo lo antes posible, para que ellos puedan recuperar la tranquilidad en sus domicilios. Entonces me pregunto: ¿Porqué tengo que ir dando explicaciones al mundo acerca de mi hijo y su lenguaje? ¿Porqué tengo que solucionar la tranquilidad de los otros? ¿Acaso existe la tranquilidad para familias monoparentales con hijos diferentes? Porque esto somos: mi hijo y yo compaginando horarios para lograr hacer una vida normal.

Me llena de impotencia saber que hay personas en mi propio edificio que son intolerantes al lenguaje de un chico con Síndrome de Down con TEA. Me siendo discriminada aunque en la carta digan que entienden nuestra situación. Me siento ofendida y ultrajada por el solo hecho de que vengan a tocar mi puerta cuando no estoy y que mi hijo les abra sin saber a qué vienen.

Tengo los mejores informes psicológicos de comportamiento. Mi hijo es muy tranquilo, sociable, conciliador y, excepto mi vecino de arriba -que solo puede oírlo durante las 3 horas al día que no estoy en casa-, no hay nadie que pueda decir algo en contra. Todos los psicopedagogos saben que corregir una conducta en una persona con TEA no se puede resolver en unos días. Si así fuera, la historia de muchas familias en nuestra situación sería distinta. La ignorancia sobra en este edificio. Incluso les comenté a los vecinos que si quieren saber algo más acerca del autismo hay mucha literatura en internet. Al parecer no le interesa entendernos, solo quiere recuperar su tranquilidad. Por lo que puedo suponer, no tiene hijos, y de aquí su comportamiento, pero ya es un prejuicio que me permito tener ante su ignorancia.

Ahora solicito ayuda judicial para denunciar por discriminación. Haré lo que esté en mi mano. Este es el primer paso.