"Desasosiego por esta vuelta al cole"

Aulas con más de treinta alumnos, un solo termómetro para más de quinientos, protocolos que no se cumplirán debido a su inviabilidad y documentos de aceptación de responsabilidad surrealistas. Este curso será atípico y se espera una absoluta barbarie sanitaria a causa de una planificación deficiente, hecha a toda prisa y para cubrir el expediente.

Una vez más los ciudadanos somos testigos de la debilidad política e institucional de la sociedad en la que vivimos y que se extiende no solamente a la del ámbito de Catalunya, también al del Gobierno central, que han preferido primar la economía a la salud, en este caso de los más pequeños: nuestros niños.

Se esgrime el derecho a la educación como un Santo Grial, pero obviamos el derecho a la salud, a la integridad física, a la vida y no solamente de los alumnos, también de los familiares a los que pueden contagiar. ¿Estamos dispuestos a asumir las muertes de nuestros padres y abuelos blandiendo el derecho a la educación y por encima del derecho a la salud y la vida? Una educación que, además, se puede adquirir de forma telemática absoluta, o de manera parcial, acudiendo a clase en grupos más pequeños y de forma periódica, y el resto desde casa.

De lo que no hay duda es que toda solución que pase por acudir presencialmente a la escuela conlleva un riesgo, añadido más si cabe por la mala gestión que se está llevando a cabo sin maestros suficientes para bajar ratios, enseres de protección como pantallas faciales, separadores de metacrilato entre las mesas y termómetros.

Ante este panorama de desolación en el que se encuentra el mundo educativo, abandonado a su suerte tanto por los departamentos gubernamentales del sector como de la salud, este año es difícil entrever entre la bruma del desasosiego una 'vuelta al cole', más bien se intuye una 'ida a la guerra'. Esperemos que vuelvan todos de esta barbarie sin precedentes.