"Aunque mi enfermedad no se vea por fuera, yo sigo estando enfermo"
Álvaro Montanini Sant Cugat del Vallès
Contenido de usuario Este contenido ha sido redactado por un usuario de El Periódico y revisado, antes de publicarse, por la redacción de El Periódico.
Alberto Núñez Feijóo saluda els militants envoltat dels presidents autonòmics del PP, ahir a Múrcia. | MARCIAL GUILLÉN / EFE
Lena González
Perdóname Señor, lo confieso, soy un poco 'izquierdosa', pero es que por mucho que intente reconducirme hacia la derecha me resulta imposible.Tengo que confesar que hubo unos años que llegué a pensar que se había mimetizado con el socialismo, tenían cierto talante, moderación y, sobre todo, sentido de Estado, y hasta eran una opción de voto para socialistas desencantados.
Entretodos
Pero desde que asumen los postulados de Vox para no perder ultravotantes jugando continuamente al ataque y, siempre a la contra, me resultan lamentables. Además, tan cristianos como son están pecando mucho y ni se confiesan, ni se arrepienten, ni piden perdón por sus actos: más de 7.000 ancianos abandonados hasta la muerte por el covid en Madrid; más de 200 fallecidos en Valencia por no recibir una alerta y poder ponerse a salvo; Castilla y León arrasada por el fuego, con personas muertas por olvidarse de invertir en prevención en la CCAA con más masa forestal de toda Europa; más de 2.000 mujeres en Andalucía temblando porque pueden ser víctimas de un cáncer mamario y nadie se lo ha comunicado...
¿Cómo puede ser? Pues a mi modo de ver, muy sencillo: las políticas de derecha están claramente orientadas a favorecer al poder y al sector privado y, en consecuencia, a desmantelar todo lo público (sanidad, educación, medioambiente, políticas sociales). La derecha actual está más ocupada en desarrollar estrategias electorales que en elaborar un programa que beneficie al ciudadano. Siempre al ataque y a la contra, sin plan de juego.
Por último, incurren en pecados capitales: donde la mayoría ve un genocidio ellos ven "cosas que no les gustan", mienten descaradamente, manipulan, insultan, utilizan y desprestigian las instituciones. ¿Por qué se ha abandonado el refranero popular y se ha dejado de decir aquello de que: "no hay nada más tonto que un obrero de derechas?"
Participaciones de loslectores
Álvaro Montanini Sant Cugat del Vallès
Alida Vicente Parets del Vallès
Ángel Gil Castilblanco de los Arroyos (Sevilla)
Miquel Trepat Director General de Cementiris de Barcelona
Másdebates
El debate