"Democracia, sí; plena, lo dudo"

Por desgracia, no por mucho decirlo, repetirlo y utilizar argumentaciones carentes de realidad, una mentira se convierte en verdad sin paliativos y sin derecho a ser cuestionada. Esto es lo que está ocurriendo con la discusión falaz y algunas veces irracional que algunos, con unos intereses ocultos, quieren poner en la palestra, no solo informativa sino también en un trasfondo de desestabilización de la verdadera democracia y los valores que conlleva.

Una democracia plena es aquella que respeta los derechos de toda la ciudadanía y no solo de aquella parte interesada y con una cierta seguridad económica. Que respeta la libertad de expresión real y sin condiciones, y no dice que es contraria a las libertades si ataca los principios de los que quieren mantener sus privilegios y no están dispuestos a compartirlos. Una democracia plena es aquella que defiende la vivienda para todos, el trabajo para todos y rechaza la esclavitud del empleo, los bajos salarios y el aprovechamiento del paro para provocar desigualdades económicas y sociales. Una democracia plena es aquella que presenta la información desde todas las visiones y no manipula y sesga todas las visiones para dar un enfoque de desestabilización y ataque a una democracia real. Una democracia plena es aquella que no se sirve de la violencia gratuita pagada por intereses ocultos para acabar con los valores y poner en duda la democracia, donde la justicia es igual para toda la ciudadanía y los delitos son castigados igual. Una democracia plena es aquella que defiende la transparencia de todas las instituciones y de todos los estamentos: judiciales, políticos, militares, jefatura de gobierno. Una democracia plena es aquella que enseña, educa, y no manipula y recorta derechos ni servicios públicos. ¿Realmente España es una democracia plena? Democracia, sí; plena, lo dudo.