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"Debemos dejar en el olvido los prejuicios y las discriminaciones"

El actor John Boyega.

El actor John Boyega. / AFP / DANIEL LEAL-OLIVAS

Vivimos, por desgracia, tiempos oscuros. Sin embargo, como dijo Martin Luther King, solo en la oscuridad puedes ver las estrellas. Me refiero a las reivindicaciones antiracistas en respuesta al escalofriante caso de brutalidad policial que acabó con la vida de George Floyd. Aprovechando esta situación, quería compartir una reflexión que me surgió hace unos meses, mientras viajaba por todos los países del sudeste asiático.

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Mi idea se basa en la falsa idea de creer que la vida, y todo lo que forma parte de ella (como las interacciones, las ideas, las emociones), es percibida de forma igual por todo el mundo. Lo cierto es que cada una de las más de siete mil millones de personas de este mundo somos una mezcla absolutamente única de experiencias, ideas, capacidades, miedos y necesidades. Incluso dos gemelos acaban creciendo con personalidades, opiniones y percepciones de la realidad muy distintas.

Sabiendo esto, la interpretación de nuestro entorno debe cambiar radicalmente. La verdad es que solo percibimos la realidad desde uno de los siete mil millones de ángulos diferentes que existen. Eso implica que solo conocemos el 0.0000000001% de formas de ver el mundo, que estaremos de acuerdo que es un número considerablemente pequeño. Esto, a su vez, me lleva a la idea principal que me gustaría transmitir. ¿Cómo diablos tenemos el valor de juzgar, criticar u opinar acerca de la vida, las ideas y los comportamientos de los demás si no tenemos la menor idea de cómo percibe la realidad esa persona?

No existe nada más ingenuo que dar por hecho que todos deben pensar, actuar o vivir como tú consideras adecuado, porque la realidad de cada uno es diametralmente distinta, y por lo tanto debemos dejar en el olvido los prejuicios, las discriminaciones y los reproches e intentar adoptar mucho más habitualmente la empatía y la racionalidad como vehículo en nuestras relaciones.

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