Debemos aunar fuerzas para vencer, pero cumpliendo el protocolo aconsejado por expertos

Cuando tenía 24 años tuve una crisis que, a diferencia de esta, fue un encierro obligado. Después de un mazazo de la vida, estuve mucho tiempo confinado. A diferencia de este virus, aquel estacazo solo me afectaba a mí; mi familia, mis amigos, es más, podía decir que mucha gente, después de 'romperme', me ignoraba. Sin embargo, con fuerza sacada de la nada, fui capaz de doblegar aquel 'virus' casi solo. Con el covid-19, que no tiene preferencia con nadie, que es capaz de confinar a todo un planeta, hemos de saber aunar todas las fuerzas para vencerlo, hemos de saber ignorarlo, pero cumpliendo el protocolo aconsejados por expertos.

Si yo sobreviví y he sido capaz de estar presente en esta sociedad caprichosa hasta peinar canas con naturalidad, esta sociedad tarambana ha de quitarse el velo de los ojos y darse cuenta de que como no se lo tome en serio el coronavirus acabará con sus bobadas. No puede ser que por estar en casa unos días confinado salten todas las alarmas psicosomáticas, y menos todavía que algunos inconscientes se vayan de vacaciones para poner en riesgo a otros. Tened en cuenta que este virus no es una silla de ruedas, esa que mucha gente piensa que el que la usa es tonto, este covid-19 es inodoro, incoloro e insípido, y por lo tanto hemos de protegernos sin miedo pero con cabeza; hemos de pensar que casi nadie lo tiene pero cuanto más nos acerquemos más posibilidad hay de trasmitirlo al derecho y al revés, por quedarnos en casa seguro que no matamos a nadie, sin embargo si salimos o nos vamos de vacaciones colaboraremos a propagarlo y a cogerlo.

Ayer salí de una crisis importante sin volverme majara, espero que hoy, ante otra crisis colectiva, no nos quedemos en el intento por mimados y tarambanas.