¿En qué se gasta el gobierno los impuestos de la ciudadanía?

La semana pasada acudí al CAP de Manso (ahora lo llaman EAP). La atención que recibí del doctor que sustituía a mi doctora fue exquisita: profesional, humana, efectiva y rápida. Luego tuve que pasar por el mostrador para tramitar futuras citas de unas pruebas. La cola era considerable, pero los cuatro que allí atendían no perdían la amabilidad ni la sonrisa. Acabaron conmigo en un plis plás.

Marché contenta y me acerqué al mercado de Sant Antoni. En la zona de alimentación había tan poca gente que no tuve que sacar el 'papelín' de turno. Luego, al salir por la calle Urgell, algo vi de las paradas de ropa y textil, vacías de clientes. Subiendo hacia mi domicilio conté cinco personas sentadas en las esquinas esperando unas 'monedillas'. Poquísima gente en las terrazas de los bares. Abundante basura alrededor de los contenedores. Ninguna vigilancia por parte de la Guardia Urbana para, al menos, disuadir a los incívicos.

En la sanidad tienen serios problemas presupuestarios y los sanitarios, profesionales y magníficos, hacen todo lo que pueden y más. En los mercados y comercios de barrio, la gente compra lo justo. Cada día hay más indigentes por las calles y menos clientes en los bares. La basura se amontona y los funcionarios que han de velar por la limpieza y el orden están desaparecidos.

¿En qué se gastan nuestro dinero? Pagamos impuestos hasta para respirar pero nos ahogan con su dejadez, inoperancia y derroche. ¿Saben o no saben gestionar unos presupuestos? ¿Quieren o no quieren administrar unos dineros siempre escasos? ¿Se leen o no se leen los informes y denuncias para enterarse de dónde, cómo y cuándo repartir los miles y miles de euros que recaudan (o nos roban) sin preguntarnos el quebranto que sufrimos? ¿Cuándo se ocuparán de nosotros, de los ciudadanos de a pie? ¿Hay alguien ahí, en la plaza del Belén, que nos vea y nos escuche?