Contenido de usuario Este contenido ha sido redactado por un usuario de El Periódico y revisado, antes de publicarse, por la redacción de El Periódico.

Cuando eres fascista pero no lo sabes

Un mendigo pidiendo limosna en la calle.

Un mendigo pidiendo limosna en la calle. / ALBERT BERTRAN

Nicolás Umpiérrez Mayor

El fascismo es una enfermedad. Una patología a caballo entre infecciosa y neurodegenerativa, pues parece contagiarse y, a su vez, también parece causar destrucción neuronal.

Entretodos

Publica una carta del lector

Escribe un 'post' para publicar en la edición impresa y en la web

No existe un criterio diagnóstico claro para determinar si se padece o no la enfermedad, pero creo que podemos, a lo largo de este texto, acercarle o alejarle de su definición.

¿Cree que impedir atracar un barco con seres humanos aquejados dentro es ético? ¿Mantiene que segregar familias en campos de concentración lo es? ¿Piensa que limpiar Badalona es un eslogan moralmente aceptable? Cuente un punto por cada respuesta positiva.

Este país es un coladero de dinero, y en esa metáfora, los huecos son las caras duras de los corruptos que, mordida tras mordida, prevaricación tras tráfico de influencias, saquean el arca pública. Sin embargo, a usted parece preocuparle más otro gasto de dinero.

¿Su vecino cobra 3 euros la hora repartiendo comida en bicicleta de madrugada y lo asume como lógico? ¿El barrendero al que dio las buenas horas hoy por la mañana está a punto de ser desahuciado y le es indiferente? ¿Las hijas de la frutera de su barrio, premios extraordinarios en sus respectivos grados, emigraron hace años y no se pregunta los porqués de su marcha? Siga sumando.

Se llena la boca hablando de los de aquí, de los nuestros... Nuestros paisanos, compatriotas, hermanos, compañeros; sin embargo, ¿hace algo por ellos?

¿Alguna vez ha defraudado a Hacienda? ¿Se olvida de pagarle el desayuno al mendigo que frecuenta el banco en donde saca dinero? ¿Ha omitido ayudar a algún joven de su edificio a pagar sus tasas universitarias? ¿Se quedó en casa en la manifestación de este 8 de marzo?

Al final, a más puntos, más incoherencia, amigo mío. No le preocupa nadie más que usted. Es usted un fascista, pero ahora ya lo sabe.

Participaciones de loslectores

Másdebates