La crisis económica y los suicidios

Quisiera hacer algunos comentarios, respecto a la carta publicada el 9 de enero por el lector Pedro Montalbán.

Montalbán, hacía alusión al sucidio de una mujer, que al parecer el mismo presenció. A continuación, comentaba sobre la nula repercusión y atención mediática que tienen éstos sucesos en nuestra sociedad. Además hacía una reflexión, sobre el hecho de que en un suicidio, aparentemente no se puede identificar a ningún culpable, ya que se trata de una decisión de la propia persona la que le lleva a realizar un acto tan terrible.

Cuando una persona se quita la vida, detrás, siempre hay situaciones que en la mayoría de los casos no han sido provocadas por ella misma y aunque no se pueden señalar culpables directos, si que hay responsables que causan situaciones que para algunas personas resultan ser insoportables.

El aumento de los suicidios en España, ha sido exponencial y paralelo a la situación de indignación a la que nos han llevado los responsables que toman decisiones y que afectan a nuestras vidas.

No se trata tan solo de una cuestión económica, que es evidente ha afectado a millones de personas. En toda ésta zahúrda en la que nos han metido hay muchas variables que hay que tener en cuenta. No tener recursos para mantener una mínima calidad de vida, el sentimiento de abandono por parte de las Instituciones, la corrupción en todas sus vertientes, los desahucios, el paro, los recortes y en definitiva no tener mas opción que aceptar la resignación como única alternativa de vida. Desgraciadamente hay millones de personas afectadas y el sufrimiento al que están sometidos les ocasiona un estrés mental que en algunos casos no son capaces de gestionar ni superar y la única salida que ven, es, acabar con su vida.

Aunque el suicidio en España sigue siendo un tema tabú, el Estado y sus Insituciones conocen perfectamente las causas, tan solo hay que leerse los informes de los profesionales en psicología y psiquiatría. Pero como viene siendo habitual, miran hacia otro lado y siguen su marcha en sentido contrario al de la ciudadanía.