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El temor de los partidos tradicionales a la renovación política

Pleno del Congreso de los Diputados. 

Pleno del Congreso de los Diputados.  / DAVID CASTRO

Durante 40 años han gobernado este país dos partidos políticos con los apoyos de los dos partidos nacionalistas, cuatro partidos que se han repartido el pastel.

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Durante este tiempo ha habido corrupción a destajo, en primer lugar por la necesidad de financiación de los partidos políticos para hacer grandes campañas publicitarias. Es probable que los cuatro partidos se pusieran de acuerdo, en secreto, en financiarse de esta forma delictiva, para seguir chupando del bote, con el agravante que los bancos les condonaban las deudas, con el posible delito de prevaricación.

Viendo que esta corrupción no era castigada, muchos políticos se corrompieron llenándose los bolsillos de forma descarada y se han estado riendo del ciudadano durante muchos años.

Ya es hora de cambiar el sistema, es hora de endurecer las leyes con los corruptos, es hora de que los ciudadanos digamos “basta ya” y de dejar de votar a tantos sinvergüenzas.

Los dos principales partidos que han gobernado este país son los principales culpables de la decadencia política, tapándose sus vergüenzas, sus fechorías y su falta de escrúpulos para mentir descaradamente y llenarse los bolsillos con fondos reservados o con sobres en negro.

El gran miedo de estos partidos es la aparición de nuevos partidos, y que estos empiecen a investigar los papeles ocultos y secretos que explicarían la corrupción, las cloacas del Estado y todas las mentiras de todos estos años.

La unión de PPPSOE Ciudadanos (partido afín al PP) en contra de Podemos no es más que la confirmación del gran temor a cualquier cambio que les pueda afectar su sillón o su bolsillo, o incluso la prisión para algún político.

Con todo esto, creo que sería necesaria la renovación de la política con un nuevo partido de centro, demócrata de verdad, que defienda al ciudadano y no su cartera y que los tribunales sean elegidos por el pueblo y volver a recuperar la confianza en la política y en la justicia.

Que se confirme la frase “el poder emana del pueblo”.

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