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Contradicciones en una entrevista reciente a Artur Mas

Artur Mas, junto Joana Ortega, el pasado agosto.

Artur Mas, junto Joana Ortega, el pasado agosto. / EFE

Otro ejemplo de palabras que no son sinceras, cuando se le preguntó a Artur Mas en una entrevista reciente cómo veía la situación del 'procés', la postura del todavía líder del JxCat, y la posible fusión del PDECat bajo esas siglas, dijo algo así como: "No estamos en un mundo de angelitos, el mundo real es otra cosa".

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Después se le preguntó por la negativa de España y de la Unión Europea sobre el derecho a la autodeterminación de los pueblos planteado por los que yo llamo "secesionistas" -ya que independentistas no encaja para describir lo que ha ocurrido y está ocurriendo en el desafío a la Constitución y las demás leyes del Estado soberano y de universal reconocimiento de la Democracia Representativa de la nación España-.

Entonces dijo que en el siglo XXI, un demócrata no podía esperar que reaccionaran de esa manera por haberse ejercido el derecho al voto. Ignorando todas las acciones de desobediencia y ruptura quebrantando la autoridad del Parlament, con la aprobación de las leyes de desconexión hace dos años.

Si se actúa de esa manera, y se es plenamente responsable y conocedor de la realidad, no se puede ir pensando que estamos entre ángeles, donde la buena voluntad se demuestra con palabras, sonrisas y manos en alto aunque por debajo se estén propinando zancadillas y patadas.

Una contradicción más del desatino de los políticos que quieren que todos tomemos como realidad las fantasías de ensoñación que se venden entre sus incondicionales. Porque los humanos padecemos en según qué circunstancias un sentimiento de orfandad que nos lleva a buscar líderes carismáticos que llenen con fantasías nuestros miedos y complejos.

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