"Muchos consideran la lucha social algo ridículo justo ahora en que el futuro es más oscuro"

Hace unos días leí lo mal que lo tienen los 'millenials', su desesperanza ante un futuro que se pinta muy oscuro. Las generaciones de sus padres y abuelos se educaron, unos en una dictadura que les provocó tener que luchar por cada trozo de pan y donde obtener una educación era un lujo y no un hecho, y los otros se criaron en un entorno en el que la justicia social estaba en auge: educación, sanidad, protección laboral… y con la idea clara de que no todo debía darse por sentado y que la lucha era necesaria.

Por esto se llegó a tener una sanidad envidiable en todo el mundo, una educación que llegaba a todos los rincones y un ascensor social que sacó a incontable gente de un destino realmente mísero. Unos sueldos y una seguridad que permitían vivir cómodamente, que no holgadamente, y tener alguna propiedad o capital.

Todo esto se logró mediante una activa lucha social que nos empujaba en la dirección de la equidad. Pero en pocas décadas hemos pasado a ver la lucha social como algo ridículo, como una cueva de ladrones a la que no vale la pena proteger y que de hecho se ha de evitar. Hemos visto cómo unas generaciones han podido tirar hacia delante llegando a ascender fuera de lo que sería su escala social a considerar la lucha social algo ridículo. Ahora, curiosamente, los sueldos han bajado, los empleos son más precarios y nuestros hijos no pueden enfrentar el futuro con esperanza, y llegan a sufrir muchas veces abusos por parte de un mercado laboral que se ríe de ellos.

Muchos son los que piensan que ese pequeño capital que han conseguido ha de ser protegido, pero igual se están equivocando en la forma de protegerlo.