"Las consecuencias de la erupción del volcán de La Palma generan un inédito consenso político"

Es muy significativo que el Parlamento de Canarias, compuesto por diversos partidos (PSOE, Colación Canaria, Nueva Canarias, Podemos, PP, Ciudadanos..), ha sido y es capaz de coordinarse y colaborar con los Cabildos y el Gobierno de España para hacer frente a las gravísimas consecuencias derivadas de la erupción del volcán de Cumbre Vieja en La Palma, que aún sigue rugiendo y devastando la isla. Significativo principalmente porque en el Parlamento canario no hay representación de la fuerza ultraderechista Vox. Y esa es la clave nuclear para que exista ese consenso -tan anhelado, por ejemplo, en el Congreso de los Diputados para determinados asuntos- entre todas las fuerzas políticas de las Islas: la ausencia de una formación antidemocrática, autoritaria y de baja estofa hace que incluso el PP canario sienta sus manos libres para arrimar el hombro en la misma dirección y hacer piña en beneficio de los afectados sin confrontación con sus rivales políticos.

Ello demuestra claramente cómo un partido de corte fascista puede contaminar y empapar la piel de la derecha tradicional española hasta el punto de que esta mimetice los postulados de aquel, como ocurre actualmente en la dirección nacional del Partido Popular, en la presidencia de la Comunidad de Madrid y en otros territorios de la península.

Bien haría el PP en tomar nota y emular a sus congéneres europeos de Francia y Alemania no desnudando sus debilidades -por puro complejo ideológico- ni sucumbiendo a las trampas que le pone la ultraderecha por el camino, y no dando alas a esa corriente destructiva y destructora de las democracias occidentales.

El consenso político forjado alrededor de la tragedia de La Palma, tan inédito como necesario, es el espejo en el que deberían mirarse el resto de instituciones de nuestro país.