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¿Cómo puede ser tan difícil cambiarme a la universidad que quiero?

Examen de selectividad en la Universidad de Zaragoza, en una imagen de archivo.

Examen de selectividad en la Universidad de Zaragoza, en una imagen de archivo. / EFE / JAVIER CEBOLLADA

Hoy escribo básicamente para quejarme. Actualmente, estoy cursando primero de carrera en una universidad, pero me gustaría cambiarme en segundo curso a la que, por unas décimas de la nota, no pude entrar. Hasta ahí todo bien, pero al entregar la solicitud, me dicen que hay muy pocas plazas y que es probable que no me acepten. Se me ocurre entonces que podría, si no entro por esa vía, acceder a esa universidad repitiendo un par de asignaturas de la selectividad y así subir la nota de acceso. Entonces, ¡sorpresa! Resulta que la resolución de la primera vía se realiza después de la selectividad. ¿Tiene eso sentido para alguien?

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¿Entonces, tengo que presentarme a la selectividad por si acaso? Teniendo en cuenta lo que conlleva económicamente y las horas de estudio para que quizá sea en vano porque he entrado por el cambio de universidad. ¿Y si no me presento me arriesgo a no entrar por ninguna de las dos vías? Además, solamente la petición de cambio de universidad ya son más de 50 euros, la selectividad otros tantos. Menos mal que es la universidad pública, ¿no?

Ojalá más facilidades y las personas que lo organizan se pusieran en la piel de los estudiantes, los cuales solo queremos formarnos para intentar tener un futuro en lo que realmente nos gusta.

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