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Ciudadanos: el partido del odio, la crispación, el sectarismo y la falacia

Albert Rivera, líder de Ciudadanos, en el debate de investidura.

Albert Rivera, líder de Ciudadanos, en el debate de investidura. / DAVID CASTRO

El debate de investidura está sacando la verdadera cara de los partidos políticos. Y el ejemplo más claro lo tenemos en la intervención del señor Rivera, presidente de Ciudadanos, quien en su discurso argumentario para defender su "no" a Sánchez ha cargado su discurso de falacias, insultos y ataques personales, además de incitar al odio, la crispación y el sectarismo

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Su discurso ha sido un monólogo lleno de odios personales y de ataques irracionales e insensatos. Y lo peor, ha demostrado que la democracia le importa un bledo aunque se llene la boca defendiéndola. Ha convertido el hemiciclo donde debe reinar la sensatez y la racionalidad en un circo donde todo vale, y donde la carcajada es sinónimo de insulto. Es más, ataca a sus contrarios con actitudes despectivas llamándoles "banda".

Triste, muy triste ver como el señor Rivera, por no tener argumentos y haber perdido su espacio electoral, ha utilizado la tribuna para la descalificación y la generación de odio, la incitación al sectarismo y el uso de la falacia como expresión de su monólogo irracional e insensato. Además, señor Rivera, le recuerdo que es su partido el que está pactando con Vox. ¿O es que Vox es mejor que los nacionalistas a los que usted ataca? 

Muy triste señor Rivera, muy triste que confunda sus odios personales con la democracia y que haya convertido el hemiciclo en un circo y, lo peor, a su partido en un partido irracional y absurdo en caída libre, por suerte.

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