Cien días sin Gobierno y miles de ciudadanos siguen buscando comida en los contenedores

Más de 100 días en los que esos que dicen representarnos, no nos representan. Esos que dicen respetar la voluntad demócrata de los ciudadanos y que han entendido el mensaje de tenerse que poner de acuerdo, ni la respetan ni se ponen de acuerdo. Esos que despotricaron por la falta de Gobierno en Catalunya ante la dilatada negociación tras las últimas elecciones autonómicas hacen exactamente lo mismo. Esos que hacen de la palabra un uso y al rato otro diferente, no dialogan hacia adelante, solo lo hacen para generar más distancia y fabricar excusas para no hacer nada. Y, si mientras no hacen nada de lo encomendado por la ciudadanía no hubiesen consecuencias, no sería tan grave, solo dejaría mucho que desear sobre la baja predisposición de la clase política española en trabajar por su país.

El problema es que mientras no hacen nada, miles de familias siguen sufriendo. Miles siguen siendo desahuciadas, las que ya lo fueron, siguen sin hogar y sin solución, miles siguen sufriendo cortes energéticos, muchas madres  y padres no pueden dar de comer a sus hijos una dieta sana para su desarrollo, miles de familias siguen sufriendo el desastre de la sanidad española que retrasa diagnósticos que acaban en muertes, miles de enfermos de hepatitis C siguen sin su medicamento y muriendo. Millones de personas siguen condenadas a la esclavitud laboral que produjo la reforma del Partido Popular, trabajando jornadas eternas y cobrando menos de 400 euros. Millones de pensionistas siguen viendo como su poder adquisitivo se devalúa constantemente. Miles de niños reciben una educación de baja o nula calidad. Miles de adolescentes abandonan los estudios o son empujados al fracaso escolar porque nadie hace nada por identificarlos antes de que lleguen a la desidia, y en breve ya no quedarán ni maestros motivados. Miles de mujeres siguen sufriendo maltrato y violencia de género porque no hay un gobierno sin complejos que termine con esta lacra de una vez por todas. Miles de ciudadanos siguen viéndose obligados a buscar comida en los contenedores de los supermercados porque no tienen ni trabajo, ni prestación ni renta mínima. Miles de ciudadanos siguen indefensos ante el aumento de robos, hurtos, agresiones, por falta de una policía formada, preparada y con los medios necesarios.

Ahora bien, mientras esos no hacen nada, los mercados siguen enriqueciéndose a costa de los idiotas que seguimos pagando por todo. Los corruptos que existen en política, ejército, justicia y otras instituciones que pagamos los ciudadanos, siguen lucrándose, siguen beneficiándose y lo lamentable es que esto pinta que lo seguirán haciendo, y no durante 100 días más. Lamentablemente, será durante muchos años, y todo ello porque el ego de esos les impide ser conscientes de que ellos y aquellos a los que enriquecen dependen de nosotros, los olvidados, los que solo tenemos derecho al globito publicitario que nos dan en el mercado durante la campaña electoral. Caro precio a pagar por 100 días de desprecio.