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"La caza, como en mi niñez, sigue moviendo dinero oscuro y presuntuoso"

La caza se hunde: las licencias caen un 30% en España desde 2005

La caza se hunde: las licencias caen un 30% en España desde 2005

La temporada de caza era el único momento en que llegaban gentes ajenas a mi pueblo. Venían convocados por el marqués, dueño de las tres cuartas partes del término municipal. Aparecían envueltos en gabanes de paño verde y pañuelos de seda polícroma, tocados con gorros de fieltro emplumados. Llenaban la plaza de haigas último modelo, y entre ellos estaban el Citroën dos caballos del veterinario y las dos bicicletas de la Guardia Civil, que con su presencia legitimaban la actividad.

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En esos días se fumaban puros y tabaco rubio americano, se bebía a gañote coñac y güisqui; se repartían unos jornales muy necesarios para superar la economía de subsistencia a la que parecíamos condenados. Era un rito iniciático que te dejasen participar en el reparto; nuestro primer sueldo era siempre como ojeador, y si tenías enchufe con el encargado de la finca podrías ser secretario, esto es, el que transportaba las armas y la munición, cargaba la escopeta y localizaba la pieza abatida, un puesto de confianza para gente joven y avispada.

Eran solo perdices, liebres, torcaces y conejos, pero venían señores de Bilbao, de Barcelona, de Andorra y de la mismísima Francia. En la agricultura madrileña de los años 60, la caza era una ventana abierta a otro mundo posible y maravilloso. Salir del pueblo, dejar atrás el campo, se convirtió en una necesidad para muchos de nosotros. Nunca llegamos a entender la caza, o simplemente no nos conformamos con nuestra suerte.

La caza sigue moviendo dinero oscuro y presuntuoso. Ahora vienen en coches que se puedan conducir en carretera, como berlinas, y otros que en el campo puedan superar fácilmente cualquier obstáculo: los vehículos todoterreno, que cuestan desde 100.000 euros del año 2021, se convierten en imprescindibles. Me parece una economía obscena. No entiendo cómo la puede defender un Gobierno teóricamente progresista como el actual

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