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Catalunya, donde es más fácil defender una realidad paralela

Espejo Público

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En nuestra sociedad, ante cualquier hecho siempre existen dos realidades de la misma acción: la realidad real y la realidad paralela. La real es la que es, la que no da lugar a falacias ni se pone en duda, la que está cargada de racionalidad, sensatez y se apoya en argumentos convincentes y llenos de coherencia.

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Frente a ella siempre está la realidad paralela, la que se puede poner en duda, la que está basada en la irracionalidad, irresponsabilidad y que se carga de odio, crispación, mentiras absurdas e incoherentes y, lo peor, que va contra los principios de igualdad y libertad, aunque se apoye su argumentación para su establecimiento en una justicia falaz e impuesta en sus principios de legalidad.

Todo esto es lo que está sucediendo en todo el procés y en la propuesta de sanción por parte de la justicia a los dirigentes que lo promovieron. Puesto que la verdadera realidad es que no incumplieron nada, que lo único que hicieron fue defender lo que las urnas reflejaron, por lo que en ningún momento, como confirman excelentes juristas, cometieron ni rebelión, ni sedición y mucho menos deberían, pues estar tanto tiempo en prisión preventiva.

Junto a esto, está la realidad paralela, argumentada por los partidos que perdieron en las urnas y que justifican que se cometió rebelión y sedición con el único fin de ganar con estas falacias, con el crecimiento del odio y de la crispación que emanan en sus justificaciones, lo que no consiguieron con los votos en unas elecciones en libertad.

Y lo peor es que se apoya esta realidad paralela en una justicia injusta, en unos medios que ven la realidad desde lo absurdo y un escaso conocimiento del término de rebelión sedición y que lo argumentan todo en un golpe de estado, cuando esos partidos, esos medios informativos defienden y han defendido durante años el único golpe de estado, el del 36, que destrozó la democracia en España. Pero está claro: en esta sociedad, más preparada a la manipulación, defender la realidad paralela es más fácil, pues en ella está la duda, mientras la realidad paralela es real y valor para la democracia.

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