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Catalunya con gafas de poeta

Joan Manuel Serrat.

Joan Manuel Serrat. / Ferran Sendra (FERRAN SENDRA)

José Vicente López Cimarra

En el año 1978, Serrat, lanzó al aire la alegre y popular canción 'Qué bonita es Badalona'. Lo más curioso es que, en aquellas fechas, Badalona no era bonita. El mar estaba sucio y contaminado, los barrios sin acabar de urbanizar y la industria ocupaba el centro de la ciudad. No, no era bonita físicamente, el artista lo sabía, y en la letra lo reflejó, pues incluso cantaba a ese 'perro muerto en la cuneta'. Y es que los poetas miran y ven con los ojos del alma, con los sentimientos de la pasión humana. El poeta cantaba a la Badalona viva y latente, al corazón y al espíritu de la ciudad, a su gente 'con mantilla y barretina'. Casi nada.  

Si miramos Catalunya con los ojos físicos, podemos ver preciosos paisajes y monumentos, la bonita tierra y el deslumbrante mar. Pero si miramos con los ojos del poeta, veremos mucho mas: palparemos con las yemas de los dedos y los labios la belleza de la humanidad.

Desde 1978 a la actualidad ya ha pasado media vida. Badalona ahora sí es bonita, y Catalunya también. Físicamente son muy bonitas, desde el Tibidabo se observan unas vistas preciosas. Si bajamos del mirador de la montaña y observamos Catalunya a ras de suelo con los ojos de un poeta, vemos entonces, nos damos cuenta, que la simbiosis fraternal que activaba el pulso de vida de los catalanes se ha desajustado. Que el ritmo de la convivencia funciona descompasado, que la belleza del alma del pueblo se está desvaneciendo.

Catalunya está enferma, lamentablemente los síntomas evidencian seriamente un trastorno bipolar. Ante esta patología social, solo existe una posible cura. Y la deberán practicar los políticos que nos gobiernen a partir de las próximas elecciones. Para tan compleja intervención, tendrán que ponerse las gafas de poeta, las que tengan el máximo de graduación; observar atentamente las heridas, acariciarlas, curarlas... y si es posible, también pedir perdón.    

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