Carta de un lector: "Nuestra vida en las manos del servicio de Emergencias"

Cuando se necesita el servicio de Emergencias del 061, uno deposita su vida en manos del operador telefónico que le atiende en ese momento. Confundir un ataque de ansiedad con un ataque al corazón por parte de la operadora que me atendió, más la incompetencia de los técnicos sanitarios, provocaron un retraso fatal en mi ingreso en el hospital, donde fui intervenido por infarto de miocardio, con la nefasta consecuencia de una lesión permanente en la parte inferior de este órgano vital. Esto ocurrió el 8 de julio en Lleida.

Y el problema no es solo ignorar la descripción de la sintomatología: "dolor, presión en el pecho y ahogamiento por falta de aire", y asegurar por teléfono un diagnóstico totalmente erróneo es hacerlo desde la prepotencia y la condescendencia. El SEM 061 es el primer nivel de atención de una emergencia; intenten, por favor, asumir la importancia de este rol y actuar en consecuencia. Sin embargo, estoy seguro de que esto no tiene porqué ser extrapolable al resto de trabajadores/as.

La otra cara de la moneda ha sido el excelente trabajo y tratamiento que recibí por todo el equipo de la uci del Hospital Arnau de Vilanova de Lleida.