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"Barcelona era una ciudad amable"

Furgoneta mal aparcada en el corazón de la supermanzana de Sant Antoni

Furgoneta mal aparcada en el corazón de la supermanzana de Sant Antoni / Álvaro Monge

Por motivos personales tengo que atravesar Barcelona varias veces al día y debo utilizar mi coche particular ya que en transporte público tardaría el triple. Con las "mejoras" realizadas la alcaldesa Ada Colau no puedo pasar de la segunda marcha. Debo confesar que cuando ganó sentí un rayo de esperanza, pero ahora cuando veo lo que ha hecho con mi amada ciudad solo puedo pensar que odia Barcelona.

Barcelona era una ciudad amable, de una circulación en su mayoría fluida, donde pasear era agradable. Ahora las calzadas han perdido carriles para dárselos a unos espacios para bici que nadie usa. Las bicicletas, monopatines y otros VMP circulan por las aceras sin control y las famosas supermanzanas solo han servido para que bares y restaurantes tengan más mesas o en sus bancos duerman personas. La Guardia Urbana no existe, si la llamas dicen que no tienen efectivos y la tolerancia con los aparcamientos sobre la acera es absoluta.

Si lo que quería Colau era convertir a Barcelona en una ciudad sin personalidad lo ha conseguido, y también ha conseguido que la circulación sea caótica con el consiguiente incremento de la contaminación.

Sería una gran alcaldesa de un pueblo de 300 habitantes sin asfalto ni coches, incluso sin habitantes.

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