Carril bici en Sant Cugat: ¡así no!

Los refranes son como el poso de la sabiduría popular, la siguiente dice: nunca desvestir a un santo para vestir a otro; es decir, no atender algo desatendiendo otra cosa. Diría que los responsables de la movilidad en Sant Cugat del Vallès, no han tenido en cuenta dicha sabiduría.

Las calles y viales de Sant Cugat se están transformando a favor de la bicicleta y eso, dicen, es una mejora para la ciudad; bien, para la ciudad tal vez sí, pero no tanto por el conjunto de las personas. Aunque, con 90.000 habitantes, actualmente somos una ciudad joven: unos 70.000 tienen menos de 55 años, el uso de la bici o similar, en el día a día es muy bajo. Básicamente sigue siendo un instrumento de recreo y deportivo, para los ratos de ocio.

La Administración local quiere forzar un cambio en la movilidad de las personas, favoreciendo el uso de la bici para ir al trabajo, escuela, etc. y, a la vez, evitar los coches particulares; pero la realidad es diferente. Podemos comprobar, cada día, entre las siete y las diez de la mañana, los enormes atascos y colas de coches en diferentes puntos de la ciudad: accesos a AP-7 y E-9 o Túneles, en Rubí, Cerdanyola, can San Juan, zonas escolares, etc. Esto lleva malestar, nervios, más combustible, retrasos, etc.

En el título digo: ¡así no! Porque de los 30 km de carril bici, un elevado porcentaje se ha hecho anulando aparcamientos y viales de coches, aumentando así los problemas citados. Se precisaba un mayor ingenio; así, como dice la habanera: el Capitán, es fácil. Es claro que hoy, mucha gente mayor y también niños, necesitamos ir en coche y eso los administradores no lo pueden obviar.