"Nos cargamos lo público porque no lo consideramos nuestro"

Es difícil ver mobiliario e instalaciones públicas en buen estado pasados algunos meses de su colocación. Lo digo de forma generalizada, pero también concreta. Por poner dos ejemplos recientes, los paneles solares del paseo marítimo del Maresme, que alumbran el camino de varios kilómetros por la noche de forma sostenible, están todos apedreados y arrancados. Todos. En el interior de un tren de alta velocidad a punto de salir de la Estació de Sants, en Barcelona, un señor que quiere reclinar su asiento más allá de sus posibilidades, lo rompe de cuajo ante su rabia contenida y mi perpleja mirada.

Es posible que los años que nos preceden, marcados por la pandemia, el confinamiento, la incertidumbre y la enfermedad no acompañen a nuestro bienestar mental, pero de esta hemos salido, sin duda, más individualistas, con menor tolerancia a la frustración y con más mala hostia.

Nos cargamos lo público porque no lo consideramos nuestro. Nos falta pertenencia al grupo. Ya nos están machacando la sanidad y la educación. Por favor, cuidemos lo que es nuestro, que es de todos, también tuyo.