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"El capitán de la selección de fútbol de Dinamarca, un majestuoso ejemplo de liderazgo, humanidad y profesionalidad"
Corría el minuto 43 del partido de la Eurocopa que disputaban las selecciones de Dinamarca y Finlandia cuando el jugador del equipo danés Eriksen, de repente y sin que precediese contacto físico alguno, cayó fulminado, desplomándose sobre el césped del estadio. La imagen fue sobrecogedora, el estadió enmudeció. El capitán de la selección danesa, Kjaerm, acudió rápidamente. Realizó los primeros movimientos de reanimación, colocó en la debida posición al jugador, dio instrucciones a sus compañeros para que formasen un círculo alrededor de Eriksen para preservar la privacidad del momento y evitar que su pareja e hijo viesen una situación tan dramática. Fue a consolar a la pareja de Eriksen, a calmarla. Y el médico de la selección salvó la vida de quien por momentos estuvo muerto, con paro cardíaco, al conseguir con un desfibrilador y masajes que el corazón volviese a latir. Sin duda, un majestuoso ejemplo de liderazgo, de humanidad y de profesionalidad.