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"O algo cambia, o cada vez más gente desconfiará del transporte público"

Un tren de la R1 de Rodalies.

Un tren de la R1 de Rodalies. / JORDI OTIX

Estamos viviendo un periodo histórico en el cual cada vez somos más conscientes del impacto negativo que tienen nuestras acciones en el medio ambiente y muchos de nosotros decidimos elegir el transporte público en lugar del privado para intentar dejar un mundo en mejores condiciones.

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Sin embargo, el problema viene cuando el transporte público deja mucho que desear. El miércoles, 27 de septiembre, en el tren de la línea R1 de Rodalies con destino a Blanes nos encontramos con unos vagones al límite de su capacidad y con otro problema más: el sistema de ventilación y refrigeración era nulo y el calor que se vivía dentro del vagón recordaba a los peores calores del verano. No había nadie que no estuviera, literalmente, sudando la gota gorda. Algunos intentaban aliviar el malestar usando abanicos y otros, esperando aguantar lo suficiente hasta su destino sin que les diera antes algo.

O algo empieza a cambiar o cada vez habrá más gente que deje de confiar en el transporte público.

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