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'Caen estrellas fugaces', un viaje al siglo XIX

Algunas estrellas fugaces que vemos podrían ser excrementos de astronauta.

Algunas estrellas fugaces que vemos podrían ser excrementos de astronauta. / LUIS CHINARRO (EFE)

He descubierto una joya y me permito el atrevimiento de escribir un pequeño comentario sobre ella. Se trata de la novela 'Caen estrellas fugaces', de J. Gil Romero y Goretti Irisarri. Soy una lectora con experiencia de muchos años, sé reconocer cuando algo va a ser un bombazo, y creo que este libro tiene ese nivel.

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La trama es una inmersión sin oxígeno. Es estar dispuesto a trasladarse a otra época con la ventaja que te dan los autores de visitar una ciudad y ver su evolución arquitectónica acelerada, como a través de una cámara que rueda al doble de velocidad. Pero solo es un pequeño arte argumental que me ha sorprendido y enamorado. 

Donde de verdad tienes que entrar sin oxígeno es en ese ambiente denso del siglo XIX, donde lo material convive con lo inmaterial. Donde la sociedad podía creer de la misma manera en los avances científicos y en las sesiones de espiritismo. A partir de aquí, los autores construyen dos personajes que, a pesar de estar cada uno en un extremo, del lado de la razón y del lado de la parapsicología, consiguen mimetizarse, completarse y emprender una búsqueda intemporal.

¿Existe Dios? ¿Existen los milagros? ¿Existen los ángeles? Ser participe de este viaje no tiene precio. Es una prueba para nuestras convicciones. Yo me apunto como 'abogado del diablo'. 

 

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