"Botellones: sigamos destrozando, pero sobre todo destrozándonos"

Hemos perdido la cabeza totalmente. Llevo tiempo asumiendo que el ser humano es incapaz de razonar con coherencia al 100%, pero mis sospechas han sido confirmadas tras las celebraciones de los macrobotellones de la Mercè 2021. ¿Hasta qué punto nos quieren llevar aquellos que se piensan que la violencia es la respuesta a todo? Pero más aún: ¿dónde está la respuesta de apoyo de aquellos que no intervienen? He visto vídeos de personas siendo agredidas. Reniego por supuesto del agresor, pero también de aquellos que capturaban con sus teléfonos el momento sin interponerse. Reniego de aquellos que iban apuñalando a cualquier persona, así, porque sí. Pero también de los que, viendo lo sucedido, no llamaban a una ambulancia.

¿En quiénes nos estamos convirtiendo? Como mínimo en personas sin cordura; más aún: sin empatía ni emociones.

Y ¿qué hacemos con aquellas motos, edificios, coches... quemados? Parémonos a pensar por un momento en cómo se debe sentir alguien que dejó su vehículo aparcado la tarde del jueves y que la mañana del viernes ya no estaba. Debe ser terriblemente frustrante y triste.

He leído centenares de respuestas a estos hechos que se justificaban con ''esto es la consecuencia de la pandemia.'' Para actos así no existe justificación ni palabras que expongan un razonamiento.

Sigamos destrozando, pero sobre todo destrozándonos. La imagen de la Barcelona de las fiestas de la Mercè es la representación de lo que muchos son, y de lo que se vive en esta ciudad, que un día pudo tener una celebración sin altercados pero cuyo recuerdo ahora queda muy lejos.