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La pausa para el bocadillo, en entredicho

Un bocadillo.

Un bocadillo. / RICARD CUGAT

No es por el bocadillo ni por otro tentempié, es por el tiempo que se emplea en dar buena cuenta de él en tiempo de trabajo. Un tribunal ha dado la razón a una empresa que ha decidido no considerar tiempo de trabajo 7,5 de los 15 minutos para el descanso del bocadillo. Dice el juez que se trataba de una amabilidad o tolerancia de la empresa.

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En otros países se permite que el trabajador haga gimnasia o duerma una siesta en su puesto de trabajo, no por altruismo sino porque de ese modo es más eficaz. En España, en donde prima la presencia en el puesto de trabajo, eso no se entiende; una tolerancia o amabilidad de ese tipo es impensable. Comer no es tiempo de trabajo para el trabajador corriente, aunque sí hay comidas de trabajo entre jefes y empresarios.

Cierto es que del uso al abuso hay un paso. En algunas oficinas se colocan máquinas de bebidas calientes y algunos empleados se toman unos cuantos cafés durante la jornada laboral y aprovechan para charlar unos minutos con los compañeros. Otro problema que repercute en el tiempo del descanso es fumar desde que se prohibió en recintos cerrados. Empleados fumadores han de elegir entre el tabaco o el bocadillo en esos quince minutos de tolerancia empresarial.

El derecho a un descanso de 15 minutos en jornadas continuas de más de seis horas es mejor dejarlo por escrito en el convenio para que después no se organicen líos y se acabe en los tribunales.

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