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"La bicapitalidad puede ser una buena opción para cambiar el modelo de Estado en España"

Pedro Sánchez, en su conferencia en el Liceu.

Pedro Sánchez, en su conferencia en el Liceu. / EFE

En vista de la cerrazón y de la postura de la señora Díaz Ayuso y de su camarilla de palmeros –y de algunos votantes que se creen el ombligo del mundo –, venir a Catalunya a relanzar el país es una buena idea para todos, para Catalunya y para un Estado descentralizado.

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Desde que Felipe V cometió el error – ahora con perspectiva se ve con más claridad – de trasladar la capital a Madrid, en lugar de llevar su corte a Lisboa o a Barcelona, con mentalidades más abiertas, más cosmopolitas, más comerciales, una pléyade de cortesanos vividores y aduladores han utilizado el poder central para medrar parasitando el país. Quizá, en su momento, Madrid era una zona pobre y no tenía otro medio de subsistencia, no vayamos a caer en el determinismo geográfico.

En cualquier caso, se ha seguido el modelo francés, donde todo giraba alrededor de un único núcleo importante – París –, pero el modelo español es, históricamente, otro. Hemos creado un monstruo administrativo, que los mismos madrileños son los primeros en sufrir por todas sus incomodidades, concentrado todo el poder de decisión, y el económico, como consecuencia, en pocas manos. El modelo radial solo sirve para atraer el conocimiento al centro despoblando, especialmente, a las Castillas, pero también a la periferia. La rebaja fiscal no hará más que agudizar el problema.

Ximo Puig ha puesto el dedo en la llaga. Él, que no es sospechoso de independentismo, puede ser el banderín de enganche de otro modelo, más reticular, más adecuado a la realidad española. No va a ser fácil, pero hay que intentarlo y cuanto antes mejor. Una bicapitalidad es, de momento, una buena opción para mover el modelo y para desmontar ideas secesionistas.

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