'Astral' versus 'OT', la audiencia ha decidido que pierdan los refugiados

12 de octubre: día de la Hispanidad. Mientras las redes arden con mensajes y fotos sobre el descubrimiento de América y la TV con la exhibición de nuestro flamante ejército capitaneado por una cabra, se escuchan gritos de "¡No son refugiados,son invasores!", en la marcha de la extrema derecha en Barcelona.

13 de octubre: Media España se echa las manos a la cabeza porque Bob Dylan gana el nobel de literatura en un sorprendente cambio de formato. No importa lo bien que escriba. No importa que la música añada intensidad a sus letras. No importa que gracias a la música su poesía llegue a más gente. Lo que importa es que no es poeta sino cantante. En el mismo país y el mismo día, 18 salas se llenan con la proyección de 'Astral', el reportaje documental sobre el drama de los refugiados.

14 de octubre: Correa admite el reparto de comisiones con el PP detallando que decidió "repartir y compartir el beneficio con estos señores" porque "él siempre ha sido muy generoso". Esa misma tarde, en Barcelona se rinde un concierto-homenaje a los refugiados con testimonios y experiencias reales. Gratis (quizá para abandonar su fama de tacaños y resultar tan generosos como Correa).

15 de octubre: sale la noticia de que el banco de España siempre supo que la salida de Bankia a bolsa era inviable, que supondría un coste para el contribuyente de 15.000 millones de euros frente al coste cero si el grupo era comprado por una entidad solvente. El mismo día que sale esta noticia, y para la tranquilidad de todos, los dirigentes se reúnen con la crisis migratoria de los refugiados como telón de fondo.

16 de octubre: La audiencia española se divide en dos. Finalmente, 'OT: el reencuentro', (documental sobre la reunión de triunfitos), venció a 'Astral', (documental sobre el drama de los refugiados).

Es por llegar a esta Europa, a la de la Hispanidad, a la del 'no al nobel de Dylan' por ser cantante, a la de la generosidad de Correa y el rescate de Bankia por lo que se juegan la vida  para encontrar una mejor. Deben morir más para que les hagamos caso (eso lo sabe la ley de la máxima audiencia).