Me gustaría que los aplausos de esta noche fueran para los grandes olvidados en esta pandemia. Para todos los agricultores y ganaderos que hacen posible el abastecimiento de comida, que hacen que no cunda el pánico cada día en los supermercados.
Que los aplausos vayan a todos los trabajadores de plantas de producción, a todos los transportistas y a todo el personal que permite que estén abiertos los establecimientos de primera necesidad. Que sean para todos los veterinarios que trabajan sin descanso para mantener la calidad e inocuidad de los productos que nos llevamos a la boca, y que tanto cuidan a esos pequeños animales que nos hacen compañía en nuestro día a día.
No olvidemos que un perro, un gato o un animal exótico pueden ser la única compañía de algunas personas, además de un gran apoyo y ayuda para personas con cualquier tipo de discapacidad o riesgo de exclusión social. Todo esto sin restarle importancia al gran trabajo que hace el personal sanitario cada hora sin descanso en los hospitales.