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Adelanto electoral: evitar el renacer de las dos Españas

Un operario trabaja en los preparativos de las elecciones del 2015.

Un operario trabaja en los preparativos de las elecciones del 2015. / FERNANDO VILLAR

Veo entre el asombro y el estupor las diferentes reacciones de nuestros dirigentes políticos ante la penúltima convocatoria de elecciones provocada, parece ser, y en exclusiva, por la (nuestra) crisis catalana.

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Los unos, PSOE, como adalides de un supuesto diálogo pero sin saber exactamente el tema sobre el que se debate ni los puntos que pueden ser negociables. Los otros, PP y C's, orgullosos del derribo gubernamental y con el 155 como único y exclusivo argumento mágicamente solucionador del conflicto. Y, en ambos casos, por supuesto, sin el más mínimo atisbo de posible consenso entre ellos, quienes deberían ser el soporte de la moderación en nuestra política e impulsores de la convivencia ciudadana. Al  contrario, la única apuesta común parece ser la de los 'bloques confrontados'.

¿Cree, acaso, el señor Sánchez que puede llegar a algún tipo de pacto sin contar con la derecha (supuestamente) moderada? ¿Cree que hermanarse con los antisistema de Podemos o CUP puede llevar a alguna entente que pueda cohesionar la cada vez más fracturada sociedad española y catalana?

¿O acaso creen, los señores Casado y Rivera, que con el 155 como receta mágica se arregla todo? ¿Creen que puede hacerlo sin la socialdemocracia española liderada por Sánchez? ¿O creen que ir cogidos de la mano con los 'antitodo' de VOX puede llevar a algún sitio, no ya positivo, si no tan solo decente?

Señores Sánchez, Casado y Rivera, antes de diálogos hacia la nada o 155 hacia el abismo, por favor, siéntense y acuerden una política común imprescindible para afrontar el problema. Y háganlo a la vez que buscan el acercamiento con los moderados catalanes (ERCCDC, etcétera), porque, si la inmensa mayoría de independentistas son 'gente de bien' y no delincuentes alborotadores, la mayor parte de españoles que llevan su bandera no son fachas ni reencarnaciones del caudillo.

Y, por favor, eviten lo primero de todo: la alianza con aquellos que parecen añorar el Frente Popular o La Falange. Eviten la verbórrea que ello conlleva y que tanto daño hace. En resumen, eviten el renacer de esas dos Españas que cada vez que han salido a debatir sus diferencias desde los extremos ha supuesto ruina y sangre para nuestro país -la última vez hace menos de un siglo, es decir, como quien dice 'ayer' en escala histórica-.

Y ya puestos, hablen del futuro de nuestras pensiones, de la educación de nuestros hijos o de la política energética, que contribuirán mucho más en mejorar el futuro de nuestros hijos que no envolverlos a todos en banderas supuestamente antagónicas.

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